Esto va a ir dirigido fundamentalmente a quienes se están iniciando en la pesca con mosca y que cuando llegan al río no tienen claro qué mosca poner y a quienes se estén iniciando en el montaje de moscas y cuando se ponen frente al torno no saben qué moscas hacer.
A poco que lleves unas cuantas docenas de salidas al río esto seguramente te lo sepas ya todo.
Lo que voy a intentar hacer es un pequeño recorrido por las diferentes formas de afrontar una jornada de pesca en lo que se refiere a las moscas, y en función de cada opción, pues más o menos ya se sabe lo que habría que hacer frente al torno.
1) Los clásicos.
Creo que cada vez van quedando menos, pero todavía hay bastantes pescadores que llegan al río y se ponen a revolver entre piedras o arbustos tratando de identificar qué es lo que pueden estar comiendo las truchas.
Esto hace treinta o cuarenta años con eclosiones mucho más abundantes y duraderas que las actuales podría ser una estupenda opción, pero hoy a lo mejor se te va media jornada de pesca buscando bichos.
En todo caso, es un enfoque muy sencillo, ya que básicamente consiste en poner lo más parecido que lleves en la caja a lo que supuestamente estén comiendo las truchas.
Tiene el riesgo de que acabes con cuatrocientas o quinientas moscas encima con tal de tener siempre algo que se parezca en tamaño, forma y color a lo que crees que comen.
2) Los minimalistas.
Estos son los que pescan con muy pocos modelos. Tratan de hacer como los de arriba y usar al menos modelos típicos de cada estación, pero con un número de patrones mucho más reducido.
Algunos es que se han dado cuenta de que hace años que pescan con los mismos diez o doce modelos, otros ya no tienen la espalda para cargar con seis cajas de moscas en el chaleco y otros habrá con distintas motivaciones, pero todos comparten un parecido enfoque práctico independientemente de lo que haya motivado dicho enfoque.
3) Los presentacionistas.
Como están convencidos de que lo único que importa es la presentación ya han abandonado cualquier interés por las moscas y básicamente pescan con las que les van regalando, con algún resto que les queda por alguna caja de cuando todavía se ponían al torno o con lo que sea.
Vamos, que la mosca les da completamente igual. Cualquier engendro con pelo y/o pluma les viene bien y tiran para adelante con lo que sea.
4) Los "por mis cojones".
Estos ya deciden en el coche de camino al río con qué moscas van a pescar. Algunos incluso lo deciden antes de salir de casa. Y alguno todavía va más allá y lo ha decidido hace tiempo y queda ya decidido para siempre.
Pescan con las moscas con las que ellos quieren pescar y no con las que supuestamente quieren los peces.
Y hay pescadores que han llegado a este punto a través de muy diferentes experiencias y motivos.
Algunos deciden que van a pescar solo con pardones en el 14, porque total, los comen todo el año y además, y más importante, la vista ya no les permite usar moscas mas pequeñas, ya sea porque no las ven o porque no son capaces de meter el terminal por la anilla del anzuelo.
Otros deciden que van a pescar solo con moscas negras porque el negro siempre pesca, y van a comer los dípteros que tengo hechos por mis cojones, ya que si esos no pescan, no pesca nada más.
5) Los de la mosca única (o casi).
Se parecen un poco a los anteriores en el sentido de que deciden ellos qué mosca van a comer los peces, en lugar de dejar que los peces decidan.
Hace años que se dieron cuenta de que usando solo un barón rojo, una oreja de liebre o una Fly-Rite 34 pescaban lo mismo que cuando llevaban cientos de moscas encima, así que ahora ya solo usan una misma mosca todo el año. Bueno, no la misma. El mismo modelo de mosca quería decir. Creo que se entiende, pero por si acaso.
Y como mucho manejan uno o dos modelos más para cuando se ponen duras, y de ahí no salen.
6) Los creativos individualistas.
Estos están firmemente convencidos de que lo mejor para sacar peces es utilizar moscas que no utiliza nadie más.
Son los que más creativos se ponen y más dejan volar la imaginación frente al torno, con tal de tener montajes que nadie más usa.
El 99% de lo que han ido pergeñando no engaña un pez ni a tiros, pero no hay quien les quite de la cabeza la idea de que con cualquiera de sus inventos extraños van a pescar más que si usan un barón rojo, una oreja de liebre o una U22 como hace todo el mundo.
7) Los anglosajonizados.
No hay mosca como la Royal Wulff.
Y además de esa usan la Adams, la Tup's Indispensable, la Red Tag, la Goddard Caddis o incluso alguna cosa más moderna como las emergentes de Lafontaine, las Comparadun o las Usual.
Se dicen a sí mismos: "si fueron los que inventaron la moderna pesca con mosca, algo sabrán".
8) Los afrancesados.
Como los del punto anterior, pero tomando la influencia de nuestros vecinos más cercanos.
Empezaron pescando con la Tricolor, luego siguieron con la Universal de Ragot, las secas de Devaux, las de la colección Gallica, la Charnoz y lo que venga.
Pero que venga de Francia.
9) Los miniaturistas.
Estos son los que están convencidos de que todo lo que comen ahora las truchas es diminuto, y no se les pasa por la cabeza usar ninguna mosca de tamaño mayor que el 20.
No tienen mayor preferencia por un tipo de moscas y otro siempre que sean pequeñas y siempre que las puedan ver.
Cumplidos esos dos requisitos, el resto no importa.
10) Los eclécticos.
Estos somos los que hemos pasado por todas las fases anteriores, o casi todas, y al final hemos terminado yendo a lo más práctico, que es coger los modelos que más truchas nos han dado a lo largo de nuestra vida como pescadores, y utilizar fundamentalmente esas.
Algunas con un uso general, es decir, para cualquier época, río o región, y otras con un uso más particular, ya que para ríos en los que hemos pescado muchas veces tenemos en algún caso modelos específicos que ya sabemos que funcionan bien allí.
Al final casi todo pescador a mosca acaba llegando a este punto, con excepción de los que son muy talibanes de alguno de los nueve puntos anteriores, que son como el que se hace de un equipo de fútbol de chiquitito y ya se queda ahí toda la vida.