Los tricópteros de León son el Rock and Roll.
El Rock and Roll es una música para viejos. Para seres que estamos ya pasados de moda. Sí, siempre quedará por ahí algún joven que no quiera saber nada del Reguetón, del Trap o del Electrolatino y desarrolle un gusto especial por Led Zeppelin, Pink Floyd, ACDC o David Bowie.
Pero será un bicho raro. Y la mayoría se decantará por aquello que le ofrecen de forma sencilla y que está al alcance de su mano sin dedicar mucho esfuerzo ni pensar demasiado.
Un tricóptero de León es Rock and Roll.
Es al mismo tiempo rebeldía y tradición. Es tratar de escapar de lo que casi todo el mundo utiliza a día de hoy y honrar a todos aquellos que nos precedieron.
Y, ojo, que hay tricópteros de León que siguen pescando mucho. Pero mucho, mucho. ¿Por qué? Pues porque son Rock & Roll, que llevan queriendo matarlo un montón de años y no hay manera. Con los tricópteros de León lo mismo.
Una patosa bien hecha en un 18 te va a dar peces casi siempre. Una buena saltona en el 16 te va a dar peces en muchos sitios durante casi todo el verano. El Tormentor dejamos de usarlo porque nos aburrimos de él, no porque dejase de darnos truchas.
Pero hay que ser conscientes siempre de la configuración de nuestro equipo. Si vas a querer pescar con un tricóptero de León en el 14 con media docena de vueltas de hackle y un terminal del 0.09, lo más seguro es que no hagas con él ni una docena de lances antes de mandarlo a tomar por culo y volver al cdc, la liebre o lo que sea.
Y luego también, otro factor relacionado con estas moscas, tiene que ver con nuestra responsabilidad como montadores de moscas.
Mira, la pluma de León es algo único en el mundo. Nadie más la tiene. Sí, ya sé que Whiting tiene un montón de productos que llevan en el nombre eso de "Coq de León" y que todo proviene de pollos que se llevaron hace años, huevos y demás.
Pero si has tenido en tu mano un cuello de Coq de León de esos de Whiting, una bolsa de esas de tailing packs o cualquiera de los productos que venden bajo esa denominación, habrás podido comprobar que no tienen comparación posible con la pluma de León obtenida de un gallo vivo y criado en el Valle del Curueño.
Bueno, en el valle del Curueño o donde sea, porque tengo en casa plumas de gallos de León criados en Galicia, Cantabria y otras zonas de León y tengo mazos tan buenos como los de los gallos criados cerca del Curueño. Vaya, que lo del Uranio y otros cuentos no me lo acabo de tragar.
Si la mejor pluma la encontrabas en el valle del Curueño se debía únicamente a que allí contaban con los mejores reproductores y muchos años de selección de ejemplares, pero hay criadores fuera de esa zona que llevan ya veinte o treinta años criando y seleccionando gallos y a día de hoy, en algunas variedades de pluma, no tienen nada que envidiar a la pluma de los gallos de la zona del Curueño.
Y gracias a Dios que sigue habiendo criadores dispuestos a criar estas dos razas de gallo, ya sea en la zona del Curueño o en cualquier otra. Estoy seguro de que si hubiese un criador de gallos de León en la zona de los Oscos, en Asturias, tendría en pocos años pluma tan buena como la del Curueño, porque las condiciones climáticas y orográficas son similares entre las dos zonas, y seguramente habrá muchas otras zonas en España donde se dé también esta coincidencia en las condiciones ambientales, aunque yo no las conozca.
Esto no sé si lo debería contar pero bueno, vamos allá. Hace ya bastante tiempo hubo una de esas epidemias de gripe aviar en la que las autoridades amenazaban con tener que sacrificar el gallinero entero si se daba un solo casa en una única ave. Pues bien, tenía por aquel entonces amistad con un criador de los que están a la orilla del Curueño y me llamó para ver si era posible llevarse parte de sus reproductores, machos y hembras, a mi pueblo, para tener una especie de "seguro" en el caso de que tuviese algún caso. Estuvo una tarde enseñándome a pelar los gallos y todo y hacerles las curas para que si al final me los llevaba pudiese seguir sacando parte de la producción. Así que muy preocupado porque los gallos estuviesen en el Curueño o a cientos de kilómetros no le importaba demasiado en aquel momento.
Y, como decía, como montadores de moscas deberíamos aceptar nuestra parte de responsabilidad respecto a la existencia de dos razas de gallo, nuestras, que están enfocadas desde hace muchísimo tiempo al empleo de sus plumas para la confección de moscas para la pesca. No se seleccionan por su capacidad de engorde ni por su capacidad de puesta. Se seleccionan por la variedad y calidad de sus plumas.
Y, ¿sabes cómo podemos contribuir tú y yo a que estas razas de gallos sigan teniendo su lugar en el mundo y a qué siga habiendo criadores dispuestos a invertir su tiempo y su dinero para que sigan existiendo?
Pues muy fácil: comprando las plumas y haciendo moscas con esas plumas.