¿Cómo dirías que está el tema del relevo generacional de la pesca a mosca en España?
¿Por cada cinco pescadores a mosca mayores de 40 años, cuántos dirías que hay menores de 40?
¿Uno?
¿Medio?
Igual estamos más cerca del medio que del uno.
Por desgracia, para que este panorama cambie, hay unas cuantas cosas sobre las que no podemos hacer nada.
La primera de ellas es que la pesca es un ejercicio de perseverancia y paciencia, y ya me dirás en este mundo digital de prisas, inmediatez y urgencia, ¿qué espacio queda para la paciencia y la perseverancia? Contra la deriva global de la forma de vida como pescadores con cierta experiencia que quisieran iniciar a otros poco podemos hacer.
Pero es que incluso en esto formamos parte del problema. Hay montadores subiendo a las redes sociales vídeos de montaje de moscas en velocidad x2 o x3. No veo ni uno. Me niego. En cuanto veo que está acelerado, paso al siguiente.
Hay pescadores que hacen un pedido a cualquier tienda y lo que quieren es que les llegue a su casa al día siguiente. No vaya a ser que no pueda montar mañana las ninfas que quiere con un material nuevo que ha pedido y tenga que esperar a pasado.
No podemos hacer demasiado frente a la deriva animalista. Todavía no nos ha tocado muy a fondo, porque las truchas no son bichitos achuchables, pero que no te quepa duda de que algún día nos tocará.
Tampoco podemos hacer gran cosa en relación con la situación de nuestras poblaciones trucheras, más allá de la responsabilidad individual que cada uno decida adoptar. Por poner un ejemplo que todos conocemos: determinados tramos del Tormes que eran una delicia no hace tanto, a día de hoy son un campo de flores impescable en el que quedan el 10% de las truchas que había. Y como este ejemplo, un millón más. Ya no hablemos del salmón.
Vertidos, cambio climático, ganadería industrializada, fertilizantes, insecticidas... El pescador no puede hacer nada si una persona o entidad decide que lo que importa es producir a costa de cargarse el medio natural. Y no hace falta irse a casos extremos como los del trastornado de Milei, que como termine haciendo la décima parte de lo que decía que iba a hacer conseguirá que la pesca en muchas zonas de Argentina sea solo un recuerdo. Tenemos aquí políticos diciendo que el agua de los ríos se desperdicia si se deja que fluya de manera natural hacia el mar, y que quieren sacar hasta la última gota para que proliferen cultivos de regadío en zonas de secano, para trasvases absurdos o para seguir construyendo campos de golf. El día que explicaron en clase lo del ciclo del agua está claro que estaban en el bar jugando al mus o al subastao.
Dicen que el golf es una de las actividades más adictivas, al mismo nivel o incluso por encima de la pesca con mosca, así que a lo mejor nos convendría más vender las cañas para comprar unos palos.
Dejando todo eso al margen, sí hay cosas que podemos hacer para tratar de facilitar ese relevo generacional o, al menos, para que aquellos que se quieran acercar a la pesca con mosca lo vean como algo muy sencillo al alcance de cualquiera.
Y en mi opinión, para conseguir eso, lo primero que hay que hacer es ponerle las cosas lo más fáciles que sea posible. Mensajes como estos solo sirven para espantar a posibles pretendientes:
- "Para aprender a lanzar bien es necesario dedicarle muchísimo tiempo de práctica en el prado, ya que incluso dedicándole todo ese tiempo lo más probable es que sigas siendo un aprendiz".
- "Pescar a ninfa no es pescar a mosca, pescar a mosca es pescar con mosca seca después de haber aprendido los rudimentos básicos del lanzado, dominando la línea y bla, bla, bla".
- "Para pescar a mosca tienes que saber de entomología, de montaje de moscas, de lanzado, de gestión de ecosistemas acuáticos, de geografía, de física, de matemáticas y la alineación de Alemania en la final del mundial de Italia 90".
Es que me aburre solo tener que escribirlo.
Podría poner dos docenas de ejemplos más, pero todos conocemos muchos de esos ejemplos que durante años han tratado de mostrar la pesca con mosca como si fuese algo al alcance únicamente de personitas muy especiales.
Y la mayoría no somos personitas nada especiales. Comemos, cagamos y dormimos como cualquier otro, e incluso tenemos vida sexual cuando nos dejan.
Ni somos más listos, ni más guapos, ni más cultos, ni más sabios, ni más nada.
A mosca puede pescar cualquiera.
Y si lo que queremos es que otras personitas jóvenes que han crecido con una forma de ver las cosas muy diferente a la nuestra, se interesen por la pesca con mosca, creo que lo más conveniente sería empezar por transmitir el mensaje de que cualquiera puede hacerlo.
Porque es verdad, cualquiera puede hacerlo.
He acompañado a lo largo de mi vida en su primer día de pesca a mosca a unas dos docenas de personas, y por suerte todas ellas consiguieron sacar al menos un pez a mosca en su primer día.
La mayoría sigue pescando a mosca a día de hoy.
Y si algo traté de hacer con todos ellos fue eliminar toda la parte mistérica, metafísica, romántica o como lo quieras llamar.
Para pescar a mosca hace falta una caña de mosca, un carrete, un bajo de línea y unas moscas, aparte de algún pez en el río. Así que nunca he estado dispuesto a hacer que nadie pase por la tortura de comerse un bolo tras otro porque lo que tiene que hacer antes que nada es aprender a posar una mosca seca con total delicadeza a quince metros.
Lo divertido de la pesca es sacar peces. Y esto es lo que hay que conseguir con alguien que está empezando y no tiene ni idea. Esa persona está completamente desprovista de todos nuestros prejuicios y todas nuestras gilipolleces y se la suda si la pesca al hilo es pesca a mosca o no. Él tiene en sus manos un equipo de pesca a mosca y lo que quiere es sacar algún pez con ese equipo.
Así que vamos a ponérselo fácil, porque en mi caso conozco a bastantes pescadores que pescaban a cucharilla o con ahogadas, que se compraron un equipo de pesca a seca y que por los malos o nulos resultados, siempre terminaban volviendo a las modalidades de pesca que dominaban y la caña de mosca acabó en el trastero o vendida.
En cambio, no conozco a ninguno que empezase pescando al hilo y no terminase después pescando en tándem, a seca, a streamer o con cualquiera de las técnicas que permite emplear un equipo de pesca a mosca.
Si pretendemos atraer a las nuevas generaciones a esta maravillosa afición, lo primero sería abandonar cualquiera de nuestras gilipolleces dogmáticas y lo segundo sería eliminar cualquier tipo de mensaje que apele a la dificultad que conlleva convertirse en pescador a mosca, porque a mosca puede pescar cualquiera que le ponga un poquito de tiempo, un poquito de empeño y un poquito de ilusión.
Pero para que salga bien, hay que empezar por lo fácil, no por lo difícil.