Tengo la sensación de que últimamente no he escrito más que majaderías. Y una vez se llega a esa sensación solo quedan dos opciones: o bien intenta uno ponerse más serio y publicar profundas reflexiones; o bien se tira para adelante hasta soltar alguna majadería todavía más gorda y que siga la fiesta.
Por aquí casi siempre es fiesta, así que vamos allá.
El I+D es una cosa que se usa en muchísimos sectores para venderte por 400€ un producto que deberías poder comprar por 200€, porque en realidad fabricarlo cuesta unos 40€. Los números son un poco a lo bruto pero como hace tiempo trabajé en multinacionales que eran "punteras en su sector" más o menos la cosa va en esos porcentajes.
Lo del I+D es un invento cojonudo, porque es una cosa que el cliente tiene difícil comprobar, ya que en ningún caso va a saber cuántas horas se han dedicado a ese supuesto I+D, cuántas personas formaban parte del equipo, qué inversión fue necesaria para conseguir unas instalaciones funcionales o un producto innovador...
Y añade tantos etcéteras como quieras.
Si en lugar de I+D, te encuentras con I+D+I, entonces échate a temblar, porque estos, además de pedantes, tendrán la intención de cobrarte 600€ por lo que debería costar 200€ y que les costó fabricarlo unos 20€.
Ventajas de añadir una vocal extra.
Y luego, ya si nos centramos en el mundo de la pesca...
Me encanta cuando algunas marcas pagan a algún competidor o pescador de cierta fama, para poder decir que ha participado en el diseño de una caña o una línea.
Lo de que les pagan es de mi cosecha. Porque supongo que les pagarán, ¿no? Yo doy por hecho que sí, pero qué sabré yo. Igual hay gente a la que le gusta ceder gratis su nombre y arriesgarse a que la caña, línea o lo que sea que acabe sacando la marca sea un truño cojonudo. A mí me caería la cara de vergüenza de decir que he participado en el diseño de tal o cual producto y luego ver que cada semana hay algún pescador poniendo ese producto en venta en cualquier mercado de segunda mano, ya que lo más habitual cuando alguien vende algo, es que tenga otro producto similar que le gusta más.
¿Cuántas Winston IM6 ves en venta al cabo de un año? Casi aseguraría que no más de 10. Y si cogemos determinado rango en sus números de serie o algunas medidas concretas, por ejemplo 8'6" línea 4 o 9' línea 4, casi diría que una o ninguna.
En todo caso, lo que de verdad me pregunto a menudo es: "así que ha participado en el diseño... ¿Cómo exactamente?".
¿Decidiendo si el carbono a utilizar debía ser carbono Toray 1100-G o Mitsubishi? ¿Haciendo recomendaciones respecto a las resinas? ¿Determinando el número de capas y la posición en la que deberían colocarse en cada sección de la caña? ¿Haciendo los cálculos necesarios para el diseño del mandril?
¿O ha participado en plan "quiero que pese poco, que la punta sea sensible, que la última anilla sea serpentiforme y que el portacarretes sea uplocking"?
Porque si la participación ha sido esa, la de dar cuatro indicaciones cutres y ya, a mi casi que me daría un poco de vergüencilla que dijesen que he participado en el diseño de una caña si mi aportación hubiese sido esa.
Resumiendo, que me daría bastante vergüenza afirmar tal cosa salvo que de verdad hubiese participado en el diseño realmente, cosa para la que en España debe haber unas diez o doce personas que estén capacitadas y tengan los conocimientos necesarios. Y creo que estoy siendo muy optimista con lo de diez o doce.
A lo mejor ha sido incluso peor y no ha dado ninguna sola indicación, sino que se ha limitado a probar docena y media de prototipos que le han mandado para elegir los tres que más le gustaban.
Y ahí lo tienes: "diseñada en colaboración con Pepito Romero que tiene más medallas en el pecho que un general del KGB asignado al Segundo Directorio".
Pero, en todo caso, como yo soy cliente y no supuesto diseñador, lo que me gustaría saber es exactamente en qué ha participado ese "co-diseñador" y en qué consiste exactamente el I+D del que alardean muchas veces algunos fabricantes.
Que si hay que pagar 200 euros de más, que sea por algo real, y no por una fantasía.
Yo, en todo caso, tengo la costumbre de huir despavorido en cuanto leo "diseñado por no sé quién", porque siempre temo que solo esa frase aumente el precio del producto en un porcentaje considerable respecto a lo que vale en realidad.
Y eso pasa en todos los sectores, pesca con mosca incluida.