Mola mucho ese mensaje moderno de que tienes que poder con todo, la resiliencia y toda esa mierda.
Pero la realidad es que podemos con lo que podemos. Y si en algún momento nos pasamos, luego todo se acaba pagando.
Y todos tenemos limitaciones en muchísimos campos de la vida. En mi caso, he sido absolutamente incapaz de aprender a cantar. Incluso fui a clases alguna vez y no ha habido nunca manera. Puedo tararear o silbar cualquier canción clavando las notas o sacar la melodía en la guitarra, pero en cuanto tengo que cantar ya no doy una nota en el sitio.
Me explota la cabeza cuando trato de convertir mentalmente una superficie de pies cuadrados a metros cuadrados. En medidas lineales no tengo problema alguno, pero si se trata de superficies hacer esa conversión mentalmente es algo que me supera.
Ya no te digo nada de las limitaciones que paso por culpa de la dichosa discopatía lumbar degenerativa o por el tema de la vista.
En fin, podría pasarme horas poniendo ejemplos pero lógicamente, como todos, cada uno tenemos lo nuestro.
El tema es que cuando se trata de pescar a mosca pareciese a veces que no has de tener limitaciones. Y también todos las tenemos.
Y aquí sí que conviene ser más conscientes de ellas que casi en ningún otro campo, salud aparte, ya que se supone que al río deberíamos ir a disfrutar y no a sufrir. Y esto va para todos los pescadores "normales" que únicamente buscan entretenerse un rato. Lógicamente si quieres competir o te has propuesto cualquier otro reto personal de superación o lo que sea, el planteamiento es otro.
Hace veinte años pescaba en el Piloña a seca, a ninfa, en tándem, a pez visto... Lo que fuera. Estaba acostumbrado a ir allí, a pescar esas truchas puñeteras y más o menos libraba siempre el bolo sin demasiado problema. Cuando volví un día después de unos diez años sin pescarlo pude llevar a la sacadera una trucha minúscula y porque se suicidó ella sola. Digo que se suicidó porque se lanzó a por la mosca como si llevase días sin probar bocado. Obviamente fue devuelta al agua en perfecto estado.
Si quieres mejorar como pescador conviene ir a sitios de estos para sufrir. Ahí es cuando más se aprende y se mejora. Pero llegados a cierto punto conviene tener clara una cosa: ¿Quieres ser mejor pescador o quieres pasártelo bien sin más?
Si no llevas demasiado tiempo pescando mi recomendación sería que te dediques a pescar lugares con truchas agradecidas. Lo mismo da si es en Gredos, en Pirineos, en la montaña leonesa, gallega o asturiana o donde sea. Hay muchos ríos todavía con una abundante población de truchas que a poco que no las vayas espantando y que presentes la mosca medio bien, subirán a por ella.
Aquí es donde te convendría ir a pescar cuando estás empezando. A escenarios de este tipo. Porque al principio no hay mejor forma para mejorar que aceptar tus limitaciones y buscar sitios más o menos facilones donde te puedan subir muchas truchas, donde puedas mejorar tu precisión en el posado y la calidad de las derivas de tu mosca, donde ganes confianza en tu clavado...
Cuando tengas dominados estos escenarios, será el momento de empezar a acudir a ríos de llanura en los que tengas que ir peleando con truchas un poco más resabiadas que te pondrán a prueba pescando sus tablas de corriente media.
Seguramente no tenga razón, pero creo que la verdadera diversión pescando la encontramos cuando nos enfrentamos a escenarios y peces que están justo por debajo de nuestras capacidades.
No que sea todo regalado, pero sí donde a poco que hagamos las cosas medio bien las capturas se vayan sucediendo con cierta continuidad.
Así seguramente no se mejora demasiado como pescador, pero si no es esto lo que te preocupa, y tu única intención es pasártelo bien pescando, ten localizados unos cuantos escenarios de este tipo y a disfrutar, que total para cuatro días que andamos por el mundo buena gana de andar sufriendo con las aficiones, que se supone que es la parte de la vida que tenemos para disfrutar y olvidarnos de las preocupaciones.