Desde hace unos cuantos años para acá, supongo que debido al uso cada vez más generalizado de internet, las redes sociales y esas cosas, a veces parece que ya no se puede ir al río a intentar sacar cuatro truchas y solo con eso pasárselo bien.
Me imagino que antes de la proliferación de internet ya había quien pensaba así, pero como no teníamos acceso inmediato a cada uno de los pensamientos de toda esta gente, pues es como si no existiesen.
Es posible que todavía no sepas a qué me refiero, pero ahora vamos con ello.
Hoy en día para ser un pescador a mosca de postín que pueda entrar en conversación con otros pescadores a mosca de postín tienes que saber hacer de todo, y todo bien.
No se te ocurra ir al río sin tener dominado todo el catálogo de lances de presentación, desde el extendido hasta el Tongariro Roll Cast (que no vale para nada que no sea fardar). Y, por supuesto, con total dominio de los principios básicos del lanzado, no vaya a ser que te vea alguno tirando de muñeca un poco de más, desviando la trayectoria recta de la puntera o sin hacer doble tracción a cada lance que se apaga una estrella en el cielo cada vez que haces un lance que no sea perfecto.
Y más si tienes pensado contratar un guía. Que por lo visto muchos guías around the world están quejándose siempre de lo mal que lanzan sus clientes, y así no hay manera de que pesquen. Debe ser que aspiran a tener un trabajo en el que no tengan nada que enseñar a sus clientes. Eso está muy bien. Es la manera perfecta de quedarse sin trabajo.
Y si te da por hacer moscas más te vale dominar todos los palos. Empezando por todos los montajes clásicos para trucha, ya sean spiders, snatchers, flymphs, parachutes, comparadun y demás, hasta llegar a las moscas clásicas de salmón pasando por moscas para depredadores, carpa, barbo y todo lo que se te pueda ocurrir.
Porque... ¿Qué es eso de pescar cuatro truchitas en los ríos de los alrededores? ¡No, hombre no!
Tienes que pescar todas las especies pescables a mosca, y si hay alguna que no se haya pescado todavía a mosca, te la inventas. Y nada de limitarse a los peces. Ya estás buscando anzuelos del 10/0 para montar una imitación de trebol de agua y ser el primero del mundo en pescar a mosca un manatí.
Porque más te vale tener en el pasaporte un par de docenas de sellos que se sepa claramente que pertenecen a destinos a los que has ido expresamente de pesca: Chile, Argentina, Nueva Zelanda, Seychelles, Maldivas, Bahamas, Cuba, Colombia, Djibuti, Rusia, Mongolia...
Y nada de dejar todo el invierno para hacer moscas. Si no te da el tiempo, en vez de levantarte a las 7:00 te levantas a las 6:00 para ponerte una hora al torno, porque en invierno tienes que aprovechar cada rato libre para irte a pescar a algún laguito con tu portacañas con diez cañas diferentes y líneas con treinta tipos de hundimiento.
Solo en líneas intermedias tienes que llevar media docena: la de 5' de punta hundida transparente hover, la de 10' de punta hundida slow intermediate, la de 5' de punta hundida fast intermediate, la de toda la cabeza hundida intermedia normal, la completamente transparente e intermedia a secas y la camo slow intermediate.
Y los días que sepas que llevan tiempo sin soltar peces en tu lago de referencia, te vas a por lucios al pantano o haces una escapada al Ter, que unas cuantas fotos con los truchones esos te arreglan el mes en Instagram.
¿No estarías pensando en hacer alguna salida de pesca y no detallarla minuto a minuto? ¿Cuánto hace que quitaste del chest-pack uno de los portamoscas para tener un hueco en el que colocar la Go Pro?
Pues hale, la caña en la mano y la cámara grabando para ir narrando todo jugada a jugada. O lance a lance. Si los mosqueros ya teníamos fama de estar un poco más para allá que para acá, no te cuento nada cuando nos veamos por el río narrando todo jugada a jugada como si fuésemos la reencarnación del mismísimo Héctor del Mar.
Y no te olvides de unos cuantos planos detalle y generales, que luego en casita hay que editar bien el vídeo y hacer una narración digna del mejor experto en storytelling para ver si hay manera de sumar cincuenta seguidores más en Youtube, así que los recursos que vayas grabando importan tanto como las capturas y los lances.
Y colgando a modo de bandolera la Sony A7 para hacer fotos dignas, que para tener un recuerdo no vale cualquier cosa.
Pues mira... No.
Me niego completamente al 90% de todo esto y prefiero quedarme con las cuatro truchitas de los alrededores y a poder ser en ríos en los que sepa que no me voy a encontrar con nadie.
No con nadie. Lo que no quiero es encontrarme con ninguno de estos aspirantes a Leonardo da Vinci de la pesca con mosca.