No descarto estar completamente equivocado, pero creo que cuando un pescador adquiere una caña de gama alta debe encontrar cosas que van más allá de la acción de la caña en sí.
Quiero decir, que la caña tenga una acción adecuada para el uso para el que fue diseñada, es lo mínimo. Solo faltaría gastarse cientos de euros en una caña y que ni siquiera su acción sea la adecuada.
Otra cosa es que esa acción nos guste a nosotros, ya que el hecho de que la caña tenga la acción adecuada para el uso para el que fue diseñada no quiere decir que tenga que gustarnos. Yo he tenido cañas de todo tipo de gamas que no me gustaban, pero su acción era adecuada para el uso previsto. Otra cosa es que personalmente nos gusten cañas más duras o más blandas, más o menos polivalentes, más cortas, más largas, más reactivas, más lentas, etc.
Pero cuando se hace una inversión importante en un producto, cuando estamos hablando de cientos de euros, lo que se espera es que desde el propio packaging hasta el momento de tocar el producto por primera vez todo sea un constante:
"¡GUAU!"
Tienes que quedarte boquiabierto y ver colmadas todas tus expectativas.
Y que cada uno sitúe la frontera de la gama alta donde considere oportuno. Para mí cualquier caña a partir de 500€ es gama alta. Que se les haya ido la pinza llevando los precios de las cañas incluso por encima de los 1000€ es otra cosa, pero a partir de los 500€ yo ya esperaría los atributos típicos de una caña de gama alta.
El packaging en muchos casos es lamentable. Recibir una caña de este tipo en una caja de cartón que ha sido reutilizada media docena de veces, porque ves que donde va la etiqueta de la compañía de transportes hay otras siete etiquetas debajo o algunas a medio arrancar, me parece terrible. Y esto no es culpa de las tiendas, que quede claro. Nada es culpa de las tiendas, que bastante tienen con aguantarnos a todos: clientes, fabricantes, distribuidores, agencias de transporte, comerciales... Pero vamos, qué menos que una caja de cartón a medida, serigrafiada, protegiendo un buen tubo de aluminio y demás.
Pero si con el packaging empezamos regular, por no decir mal, cuando llegamos al tema del mango y el portacarretes se te cae el alma a los pies. ¿Tanto cuesta tener un portacarretes y mango personalizados? No sé, no me acaba de convencer que en cañas de esos precios, entre 500 y 1000 euros, te puedas encontrar portacarretes o mangos similares a los que puedes comprar por 10 o 20 euros en AliExpress. Y digo similares por no decir iguales. No sé si realmente son iguales, pero se parecen tanto que queda poco estético. Además me parece de ser un poco cutres. Yo llevé dos portacarretes a grabar a un joyero, para que grabase mi firma en la base de ambos, y me cobró 10 €. Si llevas a grabar el logo de tu marca en 1000 portacarretes a un lugar específico para hacer ese trabajo, ¿Cuánto te pueden cobrar por cada uno? Seguramente una cifra casi despreciable sobre un producto cuyo precio final sea de 800 euros, por decir algo.
Luego lo mismo con el tubo y la funda. Cañas de esos precios con el típico tubo compartimentado que al por mayor se compra en China por 5 euros la unidad me parece que lo que más hace es dañar la imagen de la propia marca.
Y lo mismo con la funda. El año pasado cogí una caña de 10'6" en seis tramos, que solo había una opción disponible en el mercado en cañas de ninfa y en seis tramos, y la funda que traía parecía de tela usada. No reciclada, no. Usada. Que la cortaron de algún trapo viejo, la cosieron para albergar los tramos de la caña y te la mandaron tal cual sin lavar ni nada. No destaco especialmente por mi buen olfato, pero el caso es que es la primera vez que meto una funda de una caña nueva a lavar nada más recibirla porque creo que incluso olía mal.
A lo que voy: cañas de más de 500€ con tubo de cordura y sin funda me parecen una falta de respeto al consumidor.
De las anillas podríamos decir lo mismo. Ya no entro en que sean de una forma o de otra o de un material o de otro, pero coño, que hay cañas de un montón de pasta que llevan las anillas de un euro que todos usamos cuando empezábamos a montar cañas. Sí, sí. Las más baratitas de American Tackle o de Pacific Bay.
Del barnizado de las ligaduras que alguna de estas cañas trae tampoco quiero hablar demasiado, porque he tenido alguna que daba miedo como venía terminada la cosa.
Y ya mi tema favorito es el de los puntos de alineación que no están alineados. O que haya anillas desviadas. Lo mismo da. Catástrofe absoluta en ambos casos. Y los dos casos te puedes encontrar. También te puedes encontrar con punteros completamente torcidos, o desviados, o curvados, no sé muy bien como decirlo, pero seguro que sabes a qué me refiero.
Y lo que para mi es el peor defecto de todos: que no haya consistencia en la fabricación. Si te encargas una caña de bambú, siendo la madera un ser vivo, aceptas que la caña pueda tener sus particularidades, ya que va tanto en el material como en el trabajo artesanal de ese material. Pero si hablamos de cañas de fibra de carbono, que entre dos cañas del mismo modelo haya diferencias notables en la acción me parece terrible.
Hay marcas que cuidan mucho todas estas cosas, como Hardy o Thomas&Thomas, pero a mi siempre me gusta poner el ejemplo de Winston. Y además de forma muy gráfica.
Con una Winston ya te empiezas a poner cachondo en cuanto ves el verde del tubo.
Luego la calidad del corcho es irreprochable, las maderas nobles en el portacarretes, las ligaduras y su barnizado perfectos, el modelo y el número de serie escrito a mano...
Y, por supuesto, una acción de ensueño.
Pero como decía al principio, que la acción sea perfecta es lo mínimo exigible.
Creo que tendríamos que ponernos mucho más exigentes con todo lo demás, porque ya que muchas marcas están dispuestas a cobrarnos un montón de cientos de euros por sus cañas, que por lo menos nos entreguen un producto perfecto e intachable desde el packaging hasta la última gota de barniz.