A todos nos atrae esa estética estampa del pescador a mosca en medio de una tabla, haciendo volar unos cuantos metros de línea y posando el bajo con total suavidad.
Y está muy bien pescar así, pero eso sirve para un porcentaje no muy grande de los tramos de nuestros ríos.
En muchos otros, la única opción viable es doblar el espinazo, moverse por la orilla y tratar por todos los medios de que los peces no nos detecten.
No tengo pruebas pero tampoco dudas de que la mayoría de nosotros, por cada pez que detectamos, espantamos al menos otros tres o cuatro que ni nos hemos enterado de que están ahí. Y seguramente me estaré quedando corto.
Ya he hablado de algunas de estas cosas en trozos sueltos de otras entradas del blog, pero creo que merece ya que le dedique una entrada específicamente. Va a ser muy cortita, pero que al menos estas cosas tengan su espacio.
Para mi lo más importante para pescar, especialmente en ríos de tamaño medio y pequeño, que es como son la mayoría de nuestros ríos, es desarrollar la capacidad de moverse por el río asustando el menor número de peces que sea posible.
Para conseguir esto hay que seguir una serie de recomendaciones muy básicas, que muchas veces en nuestro afán por posar la mosca en la típica postura de trucha gorda o por lanzar directamente a la que se está cebando en la cabecera, nos las terminamos saltando.
Seguramente muchos tendréis vuestra propia lista de pautas a seguir. Las mías serían estas:
- Ropa discreta.
No hace falta que vayas con una chaqueta de esas de camuflaje que tienen incluso hojas y demás, ya sabes a lo que me refiero. Ahora bien, cuesta lo mismo llevar una prenda de color caqui u oliva, que llevar una chaqueta naranja fluorescente.
Si lo conveniente muchas veces, como veremos a continuación, es desplazarse lo más alejado que sea posible de donde suponemos que están los peces, o de donde vemos que efectivamente están, deberíamos pasar buena parte de nuestro tiempo de pesca cerca de la orilla, junto a la vegetación de ribera, por tanto, ropa que nos haga pasar lo más desapercibidos que sea posible en esa situación parece lo más conveniente.
- ¿Clavos sí o no?
Tengo la pedrada metida en la cabeza desde hace años que usar botas con clavos hace que espantemos más peces que si no llevamos clavos.
Puede parecer una gilipollez, y habría que preguntar a uno que sepa de verdad para que nos explique cómo se transmiten las ondas sonoras provocadas por el metal del clavo al contacto con la piedra y como eso afecta a las truchas. A lo mejor no las espanta de modo que huyan despavoridas, pero quizás sí sea suficiente para que pasen del estado "estoy comiendo" al estado "no quiero ser comido".
Igual me falla la memoria, pero me suena que era Pascal Cognard el que usaba para pescar una especie de botines de esos que se utilizan para pescar en los flats, o algo similar, con el único objetivo de ser más sigiloso en sus desplazamientos. Y si no era Pascal, era otro fenómeno de los de aquella época, pero que había uno que hacía esto lo recuerdo perfectamente.
- La lentitud es tu amiga.
A ver, queda cojonudo decir que en cuatro horas de pesca hemos hecho tres kilómetros de río, pero la mayor parte de las veces no tiene mucho sentido hacer esto.
No sé si en medio de una competición lo más conveniente es hacer el tramo a toda velocidad con el objetivo de sacar lo más rápido que sea posible todas las truchas con mejor predisposición a tomar el señuelo, pero en la pesca normal, cuanto más lentos vayamos más vamos a aprender. Me explico.
En un tramo cualquiera de un río cualquiera, vamos a decir de unos 500 metros, te puedes encontrar posturas de todo tipo: tablas, parados, pozos, chorros, corrientes, obstáculos en el río ya sean piedras o palos, remolinos...
Y dado un tramo así, tenemos dos opciones: pescar solamente las posturas más obvias o pescar absolutamente todas las posturas.
Si pescamos todas y cada una de las posturas iremos mejorando nuestra capacidad para pescar todo tipo de ríos y todo tipo de tramos, por si alguna vez nos toca pescar en un río en el que todo sean chorros y pequeños saltos o que sea un parado absoluto. Y, de paso, iremos posando nuestra mosca en puntos que a lo mejor otros han pasado por alto, y nos llevamos una buena sorpresa.
- Por la orilla, mejor.
¿Has visto alguna vez un vídeo de algún pescador británico pescando alguno de sus chalk streams? ¿Has visto que llevan unas katiuskas de esas tipo Aigle hasta las rodillas y que no pisan el río para nada? Si no tengo mal entendido, hay tramos en los que incluso está prohibido meter los pies en el río.
Ya sé que nuestros ríos no tienen las orillas segadas con cortacésped, y tampoco te digo que pesques en katiuskas, pero sí cometemos con demasiada frecuencia el error de meternos directamente al río cuando en muchos lugares se puede ir pescando desde la orilla perfectamente.
Por hablar de un tramo que conoce todo el mundo: cuando vivía en Asturias e iba con cierta frecuencia al coto de Infiesto, en la parte del pueblo, un poco más arriba del colegio y yendo por la otra orilla, donde está el parking, siempre tuve mejores resultados pescando desde fuera del río, aprovechando esos dos o tres metros de hierba que hay en la orilla, que cuando he pescado metido por el medio del agua, que no hacía más que espantar peces por docenas.
- Por la sombra si se puede.
Y si conseguimos ir pescando desde la orilla, ya sea totalmente en seco o donde nos llega el agua a los tobillos, sería conveniente que nos posicionamos de tal forma que nuestra sombra no se proyecte hacia el río. Ni la sombra de la caña o de la línea, aunque ya sé que esto no siempre es posible.
Moverse lentamente por la orilla, ayudándonos de la vegetación y las sombras para pasar lo más desapercibido que sea posible, a menudo nos permite pescar a distancias muy cortas.
- Levanta la mosca como es debido.
Y, a veces, después de todo esto, llegamos a una posición perfecta para presentar nuestra mosca a un buen pez, que decide no tomarla en la primera deriva y en cuanto la mosca rebasa la posición del pez tiramos de nuestra línea y levantamos la caña haciendo que la mosca se deslice sobre la superficie arruinando todo el sigilo anterior.
Si no te quieres complicar, la mejor forma para levantar la mosca sin que suceda eso y así tener otra oportunidad, es dejar que rebase la posición del pez en al menos dos o tres metros y hacer un lance rodado, de modo que la mosca se levante del agua sin deslizarse sobre la superficie del agua ni causar ninguna perturbación.
Engrasar el bajo de línea y la cabeza de la línea también puede ayudar a que la línea flote más alta y cause menos perturbaciones a la hora de levantar la mosca del agua.
He dicho que iba a ser una entrada corta y ya se me está yendo de las manos... Aunque quedan algunos más detalles pendientes, creo que por hoy lo vamos a dejar aquí.